Nadie por estos pasillos largos,
vida solitaria en nuestra estancia,
Días de cautiverio tan amargo,
la pandemia marca la distancia.
Esta tarde llaman a mi puerta
que con gran cautela yo entreabro,
mi curiosidad se queda alerta
y cuando mi cancela queda abierta
una sonrisa hay al otro lado.
Vengo a preguntarte si estas vivo
y a escucharte decirme que estás bien.
aquí estoy, por precaución cautivo
y loco por ser quién debo ser.
– Anda, ven y entra, te invito a un café.
– Gracias amigo, no es momento,
Me dijo con tono de lamento
y por el largo pasillo otra vez
astiada volvió a su apartamento.
¡ Mal te parieron confinamiento,
que si el triste virus no me mata
por ser conservado en esta lata
seguro moriré de aburrimiento !
A Carmen Serrano y a cuantas amigas y amigos llamaron
a mi puerta para interesarse por Tere y por mi.
ENRIQUE MATEO
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